Lamberto Bava, dirige esta película
intrigante, una producción muy particular con un halo de misterio que
mantiene al espectador con una intriga malsana. Una historia de corte
clásico, mezcla el dramatismo y lo enfermo por igual. Con contadas
muertes, sin llegar a ser una película especialmente sangrienta,
consigue un ambiente erótico y perturbador al mismo tiempo que sobrecoge
al espectador hasta un final sorprendente.
Efectivamente nos encontramos ante el mejor film de Lamberto Bava si no
tenemos en cuenta su gran clásico de los ochenta, Demons, que el tiempo
ha convertido en su obra mas recordada por todos los amantes del terror
ochentero. Aunque es imposible hacer una comparación, ya que se trata de
películas muy distintas que gustarán a los aficionados por motivos muy
distintos. Como ya hemos dicho al principio de esta crítica, Macabro es
una película muy particular, aunque puede estar perfectamente enmarcada
en el terror, lo que más miedo da es la propia historia planteada por
Bava hijo, una historia enfermiza y malsana donde las haya. No puede
dejar de recordar otras producciones que continuaron por este camino
dentro del género, como Demencia de Joe D'Amato y sobretodo, la película
de culto Nekromantik, ambas muy distintas pero con similitudes que
conducen a Macabro.
Tanto el estilo como el desarrollo de la historia son muy Giallo, un
género muy popular por esa época que actualmente continúa vivo aunque
sea de forma minoritaria en la memoria de algunos aficionados. Macabro
mantiene el suspense durante toda la película, su lento desarrollo y
alguna tosca presentación de personajes que indican el motivo de algunas
situaciones, concluyen en el momento preciso para mostrarnos un
desenlace que aunque puede resultar previsible, no deja de impactar por
su alto contenido enfermizo y por la inolvidable sorpresa final que Bava
nos regala.
Orlok (Los Criticonos
Me encanto, gracias
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