A modo de puzzle, el presente filme,
continuación de uno que dirigiera allá por los sesenta Dino Risi, reúne a
un gran reparto, con varios de los mejores actores de comedia
italianos, y cuenta con la colaboración de dos grandes realizadores
(aparte de Risi), como son Scola y Monicelli.
La película es un mosaico de pequeñas historias aisladas, sin solución
de continuidad, que pretende aportar una visión cómica acerca de la
sociedad italiana de finales de los setenta, empeño en el que, a mi
parecer, no tiene gran éxito; la mayor parte de las situaciones que se
reflejan son excesivamente increíbles y disparatadas, circunstancia que
diluye el componente crítico del filme en favor de la mera comicidad. No
obstante, hay historias que escapan a este defecto gracias a la ironía
corrosiva que contienen, especialmente la del Obispo (gran Gassman) que
accidentalmente recala en una parroquia obrera, la del esnob y cursi
señorito genialmente interpretado por Sordi que recoge a un peatón
atropellado, o la del intento de ingresar "a traición" a una madre en el
asilo. Otros fragmentos destacan por su humor clásico, como la
discusión del cocinero y el camarero, o por tener un sorprendente final,
como en la historia de amor de la azafata y el desconocido "mudo".
Las mayores virtudes vienen de la mano de las interpretaciones,
especialmente en las apariciones de Sordi, uno de los actores con mayor
talento para la comedia que ha dado el cine, bien secundado por el resto
(el histriónico Tognazzi, la guapísima Muti), secundarios incluidos.
Por lo demás, y como es lógico en este tipo de filmes fragmentarios,
prima la irregularidad, circunstancia que al menos en este caso no
impide que el espectador asista con agrado al desarrollo de la cinta.
Quatermain80
Post a Comment