Una nueva muestra de las claves e intereses 
comunes a la obra de José Giovanni, escritor, guionista y director de 
esta historia, que aborda otro peculiar acercamiento al mundo criminal, 
en el que este autor se mueve como pez en el agua.
En este caso, y aunque el mayor protagonismo recae en Hugo (el 
"gitano"), se establece cierta comparación con otro criminal 
especialista en abrir cajas fuertes, Yan Kug. Mientras que el primero es
 un ladrón en constante itinerancia, acostumbrado a la violencia y al 
rencor que en él genera el rechazo social, el segundo es un ladrón de 
guante blanco, que vive lujosamente y evita recurrir a la violencia, y 
será un suceso inesperado el que provocará que se crucen sus caminos. 
Esta doble mirada sobre lo criminal y los criminales está bien trabajada
 e influirá en otras películas que, como "La decisión de las armas" 
(Alain Corneau), adoptan similares perspectivas.
Hugo, que nos es presentado como un personaje consumido por la 
persecución y el desprecio constantes, y por ello proclive a la 
venganza, va percatándose, a medida que avanza la acción, de que aún 
puede esperar camaradería y lealtad de los demás, aun cuando estos sean 
desconocidos; aparte de la relación que al final establece con Yan, es 
muy ilustrativa la que tiene lugar en la clínica veterinaria, en la que 
recibe ayuda sin tener que dar nada a cambio, tan sólo "un apretón de 
manos". Hay entonces un primer plano de la mirada de Hugo que resulta 
intenso y revelador. Acciones como esas hacen renacer en él cierta 
humanidad, al punto de recordarle que no es un asesino, como bien 
averiguará el comisario que le persigue.
Por tanto, el tema central vuelve a ser, como en muchas otras películas 
de Giovanni, ese código no escrito, esa lealtad e incluso solidaridad 
que algunas personas, criminales incluidos, son capaces de establecer en
 ciertas circunstancias, desarrollando una ética particular e 
individual, al margen de la impuesta por la sociedad y sus 
instituciones, que por lo general salen mal paradas en la obra de este 
director.
Con un notable guión, de poco prolijos pero ajustados diálogos, y una 
realización siempre correcta y sin alardes, el filme se beneficia 
también de las buenas interpretaciones de sus protagonistas, destacando 
Meurisse y Delon, y de una excelente selección musical, en la que se 
disfrutan enormemente las piezas del guitarrista Django Reinhardt, a la 
postre también gitano.
Quatermain80
hola muchas gracias por este peliculon para mi, andaba buscandola desde hace tiempo,por cierto gran actor alain delon, y muy buena pagina esta gracias un saludo
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