Un niño es testigo de cómo el director de su
colegio ha matado a un hombre. El director del colegio deberá encontrar
al muchacho para eliminar cualquier cabo suelto del crimen que ha
cometido, para ello solo dispone de unos zapatos que se ha dejado el
niño en su huida.
El director del colegio realiza una búsqueda exhaustiva, realizando
pruebas a los alumnos para intentar averiguar cual de ellos puede ser el
testigo y de esa manera evitar dejar cabos sueltos.
Producción española que cuenta con la participación estelar de Ray
Milland, ya en horas bajas, que resuelve su papel con oficio, divagando
sobre la identidad del testigo.
La idea de partida resulta atractiva e interesante, lamentablemente a
medida que avanza la búsqueda del joven, se desaprovecha derivando en un
producto que resulta monótono, inverosímil y en más de un momento
ridículo.
En su afán por jugar con el suspense y crear giros de guión, entra en
una vertiente monótona que roza lo cómico e inverosímil, hasta que
concluye con un desenlace irónico e inesperado, que eleva en cierta
medida la calidad del conjunto.
Jon
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