Una de las comensales rompe el silencio del
ambiente diciendo "¿A ninguno de ustedes se le ocurre una buena historia
de horror? ¿No?, que pena. Hubiera sido muy divertido, y muy adecuado
para una velada como esta. Una noche sin luna, esta casa...aparte de
cierta atmósfera".
En eso estoy de acuerdo, la atmósfera que se asienta en esta película es
de lo más inquietante. Pero afirmar que ésta envuelve a una buena
historia de terror...
A sus 60 años de edad, el sr. Mario Bava, impulsor del "giallo" en la
industria cinematográfica italiana, ya se encontraba en su última etapa
como director: la década de los '70, donde nos había dejado títulos tan
buenos como "Un Hacha para la Luna de Miel" y la pionera del "slasher"
"Bahía de Sangre". Películas que, sin arrasar en taquilla en su momento,
sí influenciaron a una gran cantidad de directores y permanecen hoy día
como obras de culto.
Tras haber colaborado con Alfred Leone en "Orgía de Sangre", Bava se
disponía a realizar otro film junto al productor, quien prometió darle
el control total creativo, hecho que desafortunadamente no le solía
suceder al pobre director, siempre supeditado a las exigencias de
aquellos para los que trabajaba. Ayudado de cuatro guionistas más (dios
mío, tantas cabezas para nada), elaboró una historia que en realidad no
se alejaba demasiado de la de "Orgía..." y se vino a nuestra España a
rodarla junto a su hijo Lamberto, quien ejercía de ayudante de
dirección.
El poco original argumento nos remite al viaje turístico de una
excursionista llamada Lisa en la bonita Toledo, quien, tras separarse de
su grupo para ir a una tienda (no se podía haber quedado quietecita, la
tía), se pierde entre las calles y es recogida por un adinerado
matrimonio. Una avería en el motor del vehículo provoca que los cuatro,
incluido el chófer, se detengan ante una gran y siniestra mansión, donde
el mayordomo de la misma, al que ya había visto Lisa antes, es
persuadido por la pareja para quedarse hasta que el auto se repare.
Más inquietante incluso que la mansión y el mayordomo resulta la dueña,
que rehúsa el dejar pasar a esos forasteros, aunque es convencida por su
hijo Maximilian, quien de forma extraña insta a Lisa a que se quede. No
saben estos tres recién llegados el lío en el que se han metido, porque
van a convertirse en víctimas de los sucesos más extraños y violentos
que se puedan imaginar, mientras la joven es seducida por Max y
arrastrada al enfermizo ambiente de la morada, donde todo parece indicar
que ningún residente tiene la cabeza en su sitio.
Una vez más, como en la anteriormente nombrada "Orgía de Sangre", Bava
nos narra un cuento de terror lleno de misterio entre las paredes de una
mansión barroca, algo recurrente en su cine. Es innegable que el buen
hombre sabe crear atmósferas angustiantes, extrañas, surrealistas,
bizarras, heredando a partes iguales de sus queridos Hitchcock, Allan
Poe y Christie, y con ese toque suyo de humor negro tan característico.
Eso es lo más destacable de este film, la facilidad de Bava para
imbuirnos en un ambiente de pesadilla.
Por otra parte, si lo que pretende el italiano es producir terror en el
espectador, "El Diablo se lleva los Muertos" no lo consigue de ninguna
manera; es extraña, es desconcertante, pero no terrorífica, y lo peor de
todo, es confusa y aburrida a más no poder. Quizá la culpa la tenga el
mal dirigido plantel, quizá sea ese irregular e inverosímil argumento
que se merece más de siete revisiones (tantas cabezas para nada, como he
dicho antes), quizá el tono cutre del film, quien sabe...el caso es
que, y a pesar del inesperado giro final, no nos encontramos ante una
obra a reivindicar, ni del cineasta ni del género, más que nada porque
la originalidad brilla por su ausencia (la historia está ya más
trillada...), aunque sirvió de influencia para directores como Joe
D'Amato, Lucio Fulci y el propio hijo de Bava, que le haría un homenaje
en "El Ogro".
Grandes actores como Elke Sommer, Eduardo Fajardo, Telly Savalas y la
mítica Alida Valli (vaya diferencia de verla en "El Proceso Paradine" y
verla aquí) están ciertamente desaprovechadísimos. Una lástima.
Un detalle muy curioso es que, tras haber ganado tanto éxito la película
de "El Exorcista", Lamberto Bava y Alfred Leone, ni cortos ni
perezosos, cogieron a los mismos actores, rodaron escenas adicionales
donde tomaban importancia los exorcismos y las posesiones demoníacas y
sacaron el film en tierras americanas bajo el título de "La Casa del
Exorcismo". Una inteligente jugada que se saldó con bastantes ventas,
sobre todo en cines de barrio. Se las saben todas, los italianos.
Christian Jiménez
Post a Comment