Bienvenido, Mr. Chance by Hal Ashby (1979) CASTELLANO

 
Título original
Being There
Año
Duración
130 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Guion
Jerzy Kosinski (Novela: Jerzy Kosinski)
Música
Johnny Mandel
Fotografía
Caleb Deschanel
Reparto
, , , , ,
Productora
Warner Bros.
Género
Comedia. Drama | Comedia dramática. Discapacidad. Política
Sinopsis
Chance es un hombre peculiar. Su vida se reduce a cuidar el jardín de la mansión de un hombre adinerado y a ver la televisión el resto del día. Pero, cuando el dueño de la casa muere y Chance es despedido, no está preparado para hacer frente al mundo exterior. Tiene, sin embargo, la suerte de conocer a Eve, una buena mujer que lo acoge en su casa. Lo paradójico es que, poco a poco, este hombre analfabeto pero extremadamente cortés conseguirá engañar a muchos haciéndoles creer que es un gran político. (FILMAFFINITY)
Premios
1979: Oscar: Mejor actor secundario (Melvyn Douglas). 2 nominaciones
1979: 2 Globos de Oro: Actor (Sellers), actor sec. (Douglas). 6 nominaciones
1979: Círculo de Críticos de Nueva York: Mejor actor secundario (Douglas). 3 nominaciones
1979: Sindicato de Guionistas (WGA): Mejor guión adaptado comedia
1980: Premios BAFTA: Mejor guión. 4 nominaciones
1980: Festival de Cannes: Nominada a la Palma de Oro (mejor película)
Sorprendente el director Ashby, sobre todo por el acabado, por el final, que es siempre lo más difícil de hacer en un film y que cuando esto se logra es la más clara señal de que un director es excelente y no uno más del montón. También resulta brillante Peter Sellers, en uno de sus papeles más maduros y tranquilos de su larga trayectoria cinematográfica.

La película cuenta una historia de lo imposible, de lo absurdo, que a veces transmigra extraña e incluso milagrosamente hasta considerarse lo más real: un hombre niño, probablemente con cierto grado de subnormalidad, que se ha pasado toda su vida protegido y tratado como lo que da síntomas de ser, sin salir a penas de su casa, viendo muchísima televisión y cuidando de su pequeño jardín, de repente se ve solo en la vida, sin su protector y obligado a abandonar el hogar. Ahí nos identificamos todos con el personaje, que representa al ser humano común destechado de repente; pues de la noche a la mañana a cualquiera se le desinflan las seguridades más sólidas que poseía y tiene que comenzar de cero frente a la tremenda incertidumbre, y entonces el gran valedor será lo que eres desde tu interior más auténtico y verdadero.

Ahí, con esa forma de ser, Mr. Chance será bienvenido en la cúpula de artificialismo social, donde caerá como un rayo de luz, donde entrará como una bocanada de aire fresco; porque representa al puro idiota o filósofo inofensivo, a la necesidad vital de idiotez, al subintelectualismo que escucha, no se impone y no es pretencioso.

Un film maravillosamente crítico, todo él es una denuncia irónica de lo inauténtico generalizado sobre todo en las altas capas del poder; contra ese modo endiosado de vivir competentemente, el cual nos arruina en gran medida la felicidad; contra lo artificioso y sabio de este mundo que suele ser confundido por la simpleza de lo inocente y supuestamente no apto, imbécil o subnormal; contra lo correcto, triunfante, cadavérico, que a la hora de la verdad sólo puede ser salvado por lo simplemente natural, tontucio y sin doblez.

Mr. Chance es como la matita verde y pletórica de fuerza trascendentemente débil, de esas que nunca son tenidas en cuenta, pero que se abren paso a través de cualquier grieta del más brutal hormigón, asfaltado o granito.

Quien no haya visto aún esta película de Hal Ashby que intente visionarla, pues no se arrepentirá; por ser éste un film de positiva simpatía, orientado a hacernos pensar lo poco extraordinarios que somos; lo necesitados que estamos de una cierta idiotez, incluso de la que nos meten por los ojos en las distintos canales de televisión, en las salas de cine y otros medios. Recuerdo que cuando esta película fue estrenada en España, asistí a verla y me encantó, tanto que decidí ir a verla de nuevo a los cuatro días, pero ya la habían retirado, no duró ni media semana su exhibición. Resultaba tan poco racionalista que había que barrerla cuanto antes de las salas.

Fej Delvahe





No hay comentarios