Más que una cinta exclusivamente bélica, esta
película se desarrolla conforme a los parámetros del cine político
italiano, puesto que su mirada sobre la figura del partisano Corbari
intenta siempre trascender las acciones guerrilleras, aunque con
resultados no siempre satisfactorios.
Ese afán por ir más allá de la peripecia militar, de la "acción", se
comprende si tenemos en cuenta que el realizador, Orsini (antiguo
colaborador de los Taviani), siempre se mostró políticamente
comprometido con la izquierda, por lo que su enfoque del personaje y del
contexto (la lucha de los partisanos y resistentes contra los ocupantes
nazis y los fascistas de Mussolini entre 1943 y 1944) no podía
sustraerse a tales influencias.
El retrato que se nos hace de Corbari es el de un partisano perfecto,
ideal, toda vez que se ensalza su absoluta libertad a la hora de
emprender acciones sin someterse a los intereses de la Resistencia
organizada; en este sentido Corbari parece compartir rasgos propios de
los bandoleros (su total autonomía, su arrojo desprovisto de cálculo),
aunque con fines claramente distintos. La película nos narra su
evolución desde el inicio de sus acciones, en principio muy modestas,
pero que después darán lugar a la formación de una banda más organizada,
protagonista de gran parte de los sabotajes y atentados contra nazis y
fascistas en la región de Emilia-Romaña. Seguramente este tramo es el
más flojo de la película, porque a mi parecer resulta algo apresurado,
sin que apenas tenga tiempo el espectador de conocer suficientemente a
los personajes y sus motivaciones; en todo caso, el metraje del filme
-apenas 90 minutos- hace difícil desarrollar todos los temas potenciales
que el argumento apunta.
Entre los más sugestivos cabe señalar todo el fragmento que se dedica a
mostrar esa peculiar comuna que la banda de Corbari organiza en un
pueblo arrebatado a los fascistas, entregando las tierras a los
campesinos y cancelando sus deudas; su empeño político en hacer una
revolución social choca con las prioridades de la Resistencia
(encarnadas por Ulianov, que en la versión española se transforma en
Giuliano), centrada únicamente en la lucha militar, reproduciendo así un
conflicto que ya se dio en la Guerra Civil Española y que
cinematográficamente podemos encontrar en "Tierra y Libertad", de Loach.
Otro punto fuerte de la película es la descripción somera pero precisa
de los enemigos de Corbari, que más allá de los evidentes fascistas y
nazis, son identificados con las élites sociales italianas, aquí
representadas por un terrateniente, un industrial, un periodista y un
obispo; el guión enfatiza -por boca de alguno de estos personajes- la
alianza directa o tácita de estas élites con los fascistas, toda vez que
estos parecen ser la última barrera que separa a los privilegiados del
pueblo común. Por último, el tratamiento de la relación entre Corbari y
su amante/compañera Inés (en la realidad Iris), resulta adecuado y
atractivo, especialmente en las secuencias en que ambos forman un
compenetrado dúo de acción, asemejándose un tanto a las figuras de los
mitificados Bonnie y Clyde.
La realización deja algo que desear en el primer tercio de la película,
que como he dicho me parece un poco atropellado y episódico, pero mejora
con el transcurso de los minutos, y aunque visualmente no pasa de
correcta -a veces las transiciones entre planos son excesivamente
abruptas y el uso del zoom no siempre viene al caso- hay algunas
secuencias, como la del fusilamiento de unos partisanos, en las que el
hábil montaje y el adecuado acompañamiento musical, consiguen emocionar
al espectador. El guión recurre a la voz en off para contextualizar los
acontecimientos y situar un poco al espectador, especialmente en ese
primer tramo antes mencionado; por suerte su empleo no es abusivo, y se
materializa a través de uno de los personajes del filme, lo que la hace
más tolerable. Los diálogos, sin ser especialmente brillantes, consiguen
al menos transmitir las ideas esenciales (especialmente en la discusión
entre Corbari y Ulianov, o en la conferencia que sostienen las "fuerzas
vivas" contrarias a Corbari), y de los intérpretes puede decirse algo
similar, pues cumplen sin deslumbrar.
En conjunto, una película recomendable, hija de un tiempo y un lugar
(los setenta en Italia, marcados por el terrorismo y la amenaza de
golpes de estado), que hicieron que muchos -como el director de esta
película y tantos otros- echaran la vista atrás, en busca de las siempre
severas lecciones de la Historia.
Quatermain80
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