Sartana presencia una matanza de una
familia de mineros. Mata a los asesinos y lleva los cuerpos hasta la
ciudad de Indian Creek, donde además de cobrar la recompensas por ellos,
les paga el entierro. Sartana se da cuenta de que muchos habitantes de
la ciudad están deseosos de quedarse con la tierra de la familia
asesinada. Tercera película "oficial" de Sartana. (FILMAFFINITY)
Tened cuidado, rufianes, maleantes y
estafadores, un hombre vestido de forma elegante, con traje y sombrero
negros, está acechando para vengarse. Un hombre rápido, inteligente,
arrogante, de mirada fría y calculadora y con más trucos que David
Copperfield.
¿Qué fan del "spaghetti western" que se precie no ha oído hablar de
Sartana? ¡Por supuesto que sí! Sus aventuras se cuentan por miles, sus
víctimas se esparcen por todo el desierto y las damas caen rendidas ante
él.
Pues sí, señor. Tras la invención del emblemático "Hombre sin Nombre" de
Leone, el "western" mediterráneo necesitaba más héroes que adornaran
nuestras tierras almerienses, y que de paso nos hicieran vivir
entretenidos ratos a base de hazañas donde el amor y la venganza se
mezclaban con el dinero; en la segunda mitad de los '60 y a lo largo de
los '70 pudimos ver todo tipo de personajes pintorescos protagonizando
inacabables sagas, como Django, Aleluya, Sabata o Trinidad, y que a
veces hasta se cruzaban en alguna que otra película para batirse en
duelo o colaborar entre ellos.
Uno de estos personajes fue Sartana, y él solito alimentó casi veinte
títulos, un personaje surgido del film "Baño de Sangre al salir el Sol"
(titulado "Sartana" en tierras alemanas); el productor Aldo Addobbati
contrataría a Gianni Garko para interpretar a un héroe con ese nombre. A
partir de entonces, el sr. Garko encarnaría al principal Sartana en "Si
te encuentras con Sartana...ruega por tu Muerte", dirigida por
Gianfranco Parolini, quien además sería el culpable de inventar toda la
descacharrante parafernalia del personaje, más propia de James Bond que
de un pistolero del salvaje Oeste.
De las demás entregas originales de la saga se encargaría Giuliano
Carnimeo, experto del "spaghetti western" y conocido de la serie "B"
italiana (en los '80 regresaría a Almería para rodar "El Exterminador de
la Carretera", el plagio más descarado de "Mad Max 2"). Lo más curioso
es que, aunque el álter-ego de Sartana fuese Garko, con un breve
reemplazo de George Hilton en "Ha llegado Sartana, vende la Pistola y
cómprate la Tumba", también se estrenaron numerosas secuelas falsas con
otros actores dando vida al personaje y con otros realizadores tras la
cámara. Lo cierto es que era una práctica bastante corriente en la
época.
"Buen funeral, Amigos...paga Sartana" fue la tercera de las cuatro
entregas con Garko en el papel del elegante pistolero, quien esta vez se
halla en el pueblo de Indian Creek, preparando un buen entierro para
unos asesinos a sueldo que han acabado con la vida de Joe Benson, un
supuesto amigo suyo al que le quería comprar los terrenos en los que
vivía. En la investigación y la venganza que inicia contra los que
contrataron a los asesinos toman parte el sheriff del lugar, un chino
que es propietario de un salón de juegos, el banquero Hoffman, quien
tiene especial interés en las tierras de Benson, y la preciosa sobrina
de este último, Abigail.
Una buena muestra más de lo que era el "spaghetti western" y lo que se
podía hacer en él. Esta aventura de Sartana guarda todos los clichés del
género llevándolos a la más jovial y ridículas de las parodias en cada
momento, tanto que absolutamente nada tiene que ver con la oscura y
tergiversadora Trilogía del Dólar; en donde Leone viajaba al inframundo
del Far West clásico, degenerándolo y despojándolo de su honor, Carnimeo
propone un festivo entretenimiento de aventura, violencia, romance y
humor, tratando una historia de venganza de lo más manida.
Sartana es un antihéroe de cómic que se halla en las antípodas del
"Hombre sin Nombre" y cuyo pariente más cercano sería el Douglas
Mortimer de "La Muerte tenía un Precio", con ese elegante traje de
caballero, sus ademanes de soberbia, sus vagas frases lapidarias y una
interminable lista de trucos y accesorios, entre los que figuran cartas
cortantes, relojes de plomo o armas de fuego de todos los tipos y
tamaños. Por si fuera poco, el tono cómico va sucumbiendo al más puro
disparate gracias a los mediocres diálogos y los grotescos protagonistas
y situaciones, como ese extraño personaje asiático (que librará una
impagable pelea contra Sartana) o unos villanos de chiste.
Garko sigue en sus trece; él es el más chulo, el más sarcástico, el más
respondón, el más valiente, y no deja de demostrarlo durante toda la
película. A éste pedazo de héroe le seguirán unos flojos Daniela
Giordano y Luis Induni y el correcto Antonio Vilar. El papel de George
Wang no tiene precio, desde luego.
Carnimeo (acreditado como Anthony Ascott...otra manía de la época), se
luce con sus rápidas secuencias y mareantes "zooms", que se repiten
hasta el tedio, y es que este hombre no era un director técnico, desde
luego; sin embargo consigue ofrecer (aunque no mucho) una entretenida
hora y media al espectador. En mi opinión, un "western" al que no se le
debe prestar demasiada atención.
Christian Jiménez
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