Coraje, sudor y pólvora by Dick Richards (1972) CASTELLANO

 
Título original
The Culpepper Cattle Co.
Año
Duración
92 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Guion
Eric Bercovici, Gregory Prentiss (Historia: Dick Richards)
Música
Jerry Goldsmith, Tom Scott
Fotografía
Lawrence Edward Williams, Ralph Woolsey
Reparto
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Productora
Twentieth Century-Fox Film Corporation
Género
Western
Sinopsis
Un joven agricultor que siempre ha deseado ser vaquero es contratado por un ganadero para conducir ganado durante un largo viaje. (FILMAFFINITY)
Premios
1972: Sindicato de Guionistas (WGA): Nominada a Mejor guión original drama
Una agradable sorpresa me ha producido el visionado de este Western tardío de los setenta con un tono casi semidocumental (nostálgicas fotografías en blanco y negro de los títulos iniciales) a través de las andanzas de unos cowboys desarraigados y las adversidades que sufren a lo largo de su itinerario con el traslado del ganado. Supone un claro homenaje a los códigos del género y, en especial, al clásico de Hawks, Río Rojo (hay guiños al comienzo de su andadura, la estampida o a ese simpático cocinero que recuerda a Walter Brennan) pero narrada de una manera más austera y seca. También, están presentes las influencias de Sam Peckinpah en sus secuencias de tiroteos acompañadas de una violencia muy particular pero sin el recurso extremo de la cámara lenta.

Por otro lado, el casting es de lo más acertado con la inclusión de algunos de los mejores actores característicos que ha dado el género en esos años (Geoffrey Lewis, Luke Askew y Bo Hopkins, entre otros) que se adaptan a la perfección como prototipo de hombres del Oeste por su gran fisicidad. En este sentido, muy logradas son sus indumentarias vaqueras donde se respira ese ambiente cotidiano y sucio del trabajo de los cowboys.

El estilo narrativo es muy deudor de otros Westerns rodados durante esa década (Monte Walsh sería otro claro ejemplo) donde se subraya el desencanto y el ocaso de unos hombres solitarios y lacónicos que llevan lo mejor que pueden sus vidas rutinarias contando historias de supuestos amoríos con mujeres atractivas. Los diálogos desprenden autenticidad y en ningún momento se subraya en exceso sus emociones.

Interesante el personaje protagonista que lleva a cabo un joven Gary Grimes, casi recién salido de su gran éxito de Verano del 42 de Robert Mulligan, como ese ingenuo agricultor que se quiere comer el mundo, uniéndose a ese grupo de ganaderos. A lo largo del camino y después de muchas contrariedades, comprobará que no todo era tan plácido como esperaba.

Destacar el notable acabado técnico de la película, acompañada de una fotografía excelente con diferentes tonalidades cromáticas (brillantes algunos planos de atardeceres o esa nocturnidad tan marcada) así como una dinámica banda sonora compuesta por Jerry Goldsmith.

El mayor inconveniente de este recomendable título es que la parte final da la sensación de estar como inacabada con un desenlace precipitado, de dudosa moralidad y que no va en sintonía con el resto de la historia. Sin duda, esperas una conclusión más redonda aunque se agradece la sobriedad y una duración apropiada.

Un Western a reivindicar de la década de los setenta que merecería ocupar un lugar importante dentro de género.
Antonio

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