Una película de animación de las que hacen
época, de esas que me flipaban tanto cuando era un criajo como ahora.
Desde luego, no en vano me tenía enganchado de pequeño. Para mi gusto es
la más divertida de todas las películas que se han hecho sobre Astérix.
Además, pese a no estar basada en ninguno de los tebeos (si me equivoco
que alguien me corrija) capta perfectamente la esencia del mismo.
El tema es que Astérix y Obelix tienen que sortear doce pruebas para
demostrar que los galos son semidioses, al más puro estilo de los
trabajos de Hércules. La película va in crescendo, superándose y
haciendo cada prueba más divertida e ingeniosa que la anterior.
Memorables son las del banquete, la del hipnotizador, la de los
funcionarios (dardito envenenado a los burócratas), la del ermitaño de
la montaña, la del karateka… Un auténtico ejemplo de cómo hacer una
película de animación simpática, con ingenio y apta para todos los
públicos aun si tener demasiado presupuesto (la calidad de la animación
de la cinta no era la más puntera del momento, ¿pero a quién carajos lo
importa?).
Lo dicho, altamente recomendable para todos los fans de Astérix y del
buen cine de animación. Un peliculón para el cual no pasan los años.
Skull Kid
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