El cine nos ha ofrecido un buen ramillete de
lobotomizaciones, las hemos visto en clásicos incontestables como De
repente, el último verano (Suddenly, Last Summer) o en trabajos menores
enfocados al público adolescente, como por ejemplo Comportamiento
perturbado (Disturbing Behavior). Entre ambas Ron Link rodó este cutre
subproducto a menor (sí, he dicho menor) gloria de Virginia Madsen y la
guapísima Sherilyn Fenn. Madsen interpreta a Andrea, una nueva
estudiante que descubre con estupefacción que sus compañeros actúan como
robots sin alma, por lo que decide investigar qué ocurre.
No hay que dejarse engañar por el título, no estamos ante una película
de zombis (al menos no en el sentido tradicional). Aquí no hay terror,
ni intriga, ni emoción o humor involuntario, sólo malas
interpretaciones, una dirección tan plana como la del más chabacano
programa de televisión y una trama ridícula y mal llevada (la tensión
brilla por su ausencia y aunque sólo dura hora y media se hace eterna).
Aviso para navegantes: su visionado es una terrible pérdida de tiempo.
ddarko_1980
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