Terror en la ópera by Dario Argento (1987) UNCUT CASTELLANO

 
Título original
Opera
Año
Duración
107 min.
País
Italia Italia
Dirección
Guion
Dario Argento, Franco Ferrini (Historia: Dario Argento)
Música
Brian Eno
Fotografía
Ronnie Taylor
Reparto
, , , , , ,
Productora
Cecchi Gori Group Tiger Cinematografica / ADC Films
Género
Terror | Giallo. Asesinos en serie. Gore
Sinopsis
A Betty (Cristina Marsillach), una joven cantante de ópera, le ofrecen la oportunidad de debutar como protagonista en el "Macbeth" de Verdi, al sufrir un accidente la cantante principal. La obra tiene fama de maldita y, de hecho, empiezan a producirse, en torno a Betty, una serie de extrañas muertes, que vendrían a confirmar tal superstición. (FILMAFFINITY)
En una entrevista a Dario Argento, el director italiano reconocía haber tenido un impulso vengativo a la hora de afrontar su nueva película, ‘Opera’. Y no es para menos. Al director de ‘Suspiria’ no le dejaron dirigir la ópera de Verdi ‘Rigoletto’ por razones conservadoras, hecho que le obligó a responder de manera contundente: un film que tiene lugar en un gran teatro, donde un famoso director de cine de terror dirige otra ópera de Verdi, en este caso ‘Macbeth’, y alrededor de la cual se producen una serie de macabros asesinatos. Argento estaba dispuesto a reciclar sus conocimientos y, de paso, hacer su film más ambicioso hasta la fecha. Pues “maldito sea el día en que decidí dirigir esta película”, pensaría el director después del estreno de su venganza, ya que la cinta no sólo fue un fracaso comercial y un muñeco vodoo para la distribuidora Orion, sino que también estuvo envuelta por una serie de infortunios, como toda adaptación de Macbeth que se precie (agresiones de cuervos, la caprichosísima Cristina Marsillach, la muerte del padre de Argento durante el rodaje, la muerte por SIDA del actor Ian Charleson poco después del estreno, etc).

Pero vayamos al grano; a por las ‘otras’ razones que hicieron de este un film de culto. Lo primero que nos atrae de ‘Opera’ es el virtuosismo tanto estético como de la puesta en escena de Argento. La steadycam se convierte desde el principio en una herramienta omnipresente que pone en marcha todo un juego de miradas subjetivas. El plano secuencia del principio, enigmático y extraño, donde la cantante sale inesperadamente del escenario y se adopta un punto de vista subjetivo contranatural (vemos lo que ve la espalda del personaje), es un buen ejemplo. Y así, un puñado de trávelings rebeldes que convertirán el metraje en un orgasmo visual como pocos (eyaculación incluida). Pero por si no fuera suficiente, el director romano va más allá regalándonos algunas secuencias imposibles, como el antológico momento en el que una bala atraviesa la mirilla de una puerta para perforar el ojo derecho de un personaje y acabar estrellándose contra un teléfono al fondo de la habitación. Y todo, en perfecta cámara lenta con vista macro de la bala.

No son pocos los que han criticado la película de Argento por lo plano de sus personajes y por un guión flojo, con un final que argumentalmente destroza todo lo que se había conseguido anteriormente. Hasta los ejecutivos de Orion llegaron a pedirle al director que eliminase la escena final rodada en los bellos exteriores suizos. Con todo, y dejando a un lado algunas incongruencias del guión, debemos valorar el final como la prolongación de un film que hasta el momento había sido hiperbólico en todos los sentidos, con un desarrollo que no atiende a los deseos de verosimilitud. Sino más bien todo lo contrario: un viaje alucinante en steadycam a través de los rites de passage de la joven Marsillach; que bien podrían tratarse de los del propio Argento como cineasta…

kakihara



DESCARGAR

No hay comentarios